Hijo, ven que te hago una buena paja

Si os portáis como buenos hijos es posible que recibáis recompensas en casa. Esta madre está tan contenta de que su hijo haya ido a hacer la compra que decide recompensarle con una buena paja. Se la hace en la propia cocina, sin moverse de ahí. La madre se sube en el mueble, le agarra la polla al hijo y se la comienza a zumbar mientras se la mira con cara de zorrón. La experiencia que tiene haciendo pajas se demuestra con lo mucho que aumenta la velocidad cuando ve que el hijo está casi apunto de correrse. Y ni se inmuta cuando el semen sale  despedido hacia el suelo.